· 29 de SEPTIEMBRE.
Sábado de 18:00 a 20:30
· Aportación 18€
RESPIRAHESTUDIO: Calle Paraíso 4 bloque 3, segunda planta, puerta 7
Edificio Jerez 74
11405, Jerez de la Frontera
Cuando nos sentimos felices, tranquilos y armonizados, todos nuestros sistemas funcionan a nuestro favor.
Y el Yoga es la herramienta más poderosa para conseguir esos efectos a todos los niveles y sobre todos los aspectos de nuestro ser.
No nos queda ninguna duda sobre los numerosos beneficios que nos aporta el Yoga. Cada vez somos más los que los experimentamos, aunque a veces nos cuesta integrar la práctica en nuestras vidas con la asiduidad que nos gustaría. En ocasiones también supone un reto el “parar” cuando nuestro cotidiano se desenvuelve en un continuo movimiento externo, una suma de actividades, más o menos automáticas, que nos alejan de la presencia de nuestro Ser. Y cuando queremos volver a ella nos damos cuenta de que, en cuanto nos descuidamos, esa distancia se hace mucho más grande de lo que pensábamos.
En estos últimos años hemos asistido a una explosión de estilos y técnicas que nos ayudan a encontrar el camino de vuelta más adecuado a nuestros diferentes ritmos y estados. Cómo conectar con la tal ansiada calma interior y la relajación. Y vamos explorando en las distintas propuestas aunque el objetivo de todas ellas es EL MISMO
Habitualmente relacionamos el hecho de relajarnos con estar quietos. Pero en muchas ocasiones son los movimientos a veces lentos y regulares, otras enérgicos y rápidos, los que más nos ayudan a aliviar la tensión. Los estilos Vinyasa nos encaminan de una forma más fluida a la calma interna a todos los niveles. Desde el movimiento a la quietud. .
Y cuando dejamos al cuerpo evolucionar en el movimiento y lo hacemos de forma consciente comprendemos que éste tiene la capacidad de armonizarse. Cuando nos dejamos deslizar con la música, cambiar de posición, mover la energía sin tensión, activamos la parte lúdica del movimiento. Nos podemos recrear en el juego del baile, en una danza esencial, en el sentido en que, lejos de forzarnos, nos invita a expresarnos y a conectar con el momento presente de una forma consciente. Desde la curiosidad, observamos sin querer cambiarlo, aceptamos lo que ocurre sin lucha. La danza que surge como consecuencia lógica del proceso de moverse y respirar.
Nuestras células están impregnadas de emociones. Dichas emociones generan actitudes determinadas que se mantienen incorporadas en nuestros tejidos. Nuestra manera de ser y sentir configura un patrón postural y de movimiento. Y a la vez nuestro patrón neuro-motriz afecta a la manera en que percibimos y nos experimentamos. El movimiento consciente se convierte en un reaprendizaje o, más bien, “desaprendizaje” que nos permite desprendernos de patrones rígidos y limitantes. Buscamos más el fluir de la energía orgánica que fijarnos en la evolución de la energía muscular que tan sólo es un vehículo que nos permite expresarnos. Observamos cómo respiramos y lo que ocurre en nuestro cuerpo cuando nos movemos, sin fijar un patrón rígido ni una meta preestablecida.
Explorar en el movimiento, fluir en él, indagar, salir de la alineación para llegar a ella desde la honestidad de tu propio cuerpo y tus propias sensaciones. Más que fijarnos en el resultado observamos dónde nos van llevando las sensaciones que experimentamos.
BENEFICIOS
Es muy probable que si nos entregamos a la vivencia del movimiento se deshagan bloqueos y tensiones, no siempre físicos. El YOGA FLOW DANCE nos ayuda a explorar sensaciones que de otra manera permanecen ocultas en nuestro interior.
-Encontrar la naturalidad y la espontaneidad a partir de movimientos sugeridos.
-Fortalece la autoestima y la identidad.
-Cultiva la afectividad y las relaciones humanas.
-Induce la producción de neurotransmisores que favorecen las emociones positivas.
-Reduce el estrés en todos los niveles y estimula nuestra fuerza vital para favorecer la capacidad de autocuración.
Y, sobre todo, nos provoca un estado de profundo y sentido BIENESTAR.
LA PRÁCTICA
En YOGA FLOW DANCE el cuerpo no está al servicio del movimiento y de la danza sino muy al contrario es el movimiento libre, la expresión de la danza, lo que nos ayuda a tomar conciencia de nuestro cuerpo a través de esa mirada hacia dentro que el Yoga nos enseña, a través del respeto de las alineaciones naturales y a través de nuestras curvas; a través de nuestras articulaciones, a través de nuestra anatomía, de nuestra fisiología y de nuestros esquemas corporales.
YOGA FLOW DANCE nos enseña, a través del movimiento, la respiración y la mirada hacia dentro, a respetar nuestro cuerpo y a ir más allá de cada una de las partes, de cada uno de los aspectos. Descubrir lugares limitantes y reírnos de nosotros mismos. Porque el todo es mucho más que la suma de las partes.
A conectar con el silencio interior a través del sonido de nuestra respiración que se produce cuando nos movemos, cuando saltamos, cuando paramos; el sonido de nuestros pasos en el suelo, el sonido del aire cuando lo hacemos vibrar con nuestros movimientos, el sonido de la música que nos eleva y que nos conduce a reconocer una vibración mucho más sutil.
A reconocernos en los movimientos espontáneos que surgen a través del estudio de nuestras evoluciones; desde los más precisos a los más libres, a conectar con la libertad de nuestro cuerpo cuando de forma fluida le enseñamos a moverse libremente. Y es en esa libertad que nos desprendemos de esquemas y patrones que nos condicionan y nos reconocemos en una nueva manera de sentirnos, de expresar nuestra verdad, de conectar con el Ser. Nuestro universo propio a través de nuestro cuerpo, no de nuestros pensamientos.
Asana empieza con una intención mental o Asana es el resultado hacia el cual nos dirige una manera de sentirnos, de colocarnos, de respirar?.
Explorando en las diversas maneras de movilizar la energía, diferente cuando lo hacemos en cada una de las zonas donde se alojan cada uno de nuestros chacras, nos puede conducir a una vivencia distinta de Asana. A vivirla como el resultado de indagar en ella en lo estático y también como evolución desde una manera de colocarnos o movernos. Una postura hacia la que nos conduce nuestro cuerpo como una necesidad física, energética, incluso emocional. Como una expresión diferente de nuestra experiencia en cada día, en cada momento, y llegar a ella fluyendo como una necesidad que se expresa y que culmina a través del Asana o hacia el Asana o desde Asana
Donde el ego se abre al encuentro del movimiento, del otro, de todo lo demás.